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miércoles, 17 de noviembre de 2010

Marruecos Atlas project.

Tras una visita al Atlas marroquí en agosto de 2010, identificamos en la aldea de Imilchil una serie de carencias sobresalientes que nos motivaron a desarrollar un proyecto de ayuda.

La aldea se encuentra a 2.600 metros, en pleno páramo pedregoso en el que las condiciones de vida son extremadamente duras. Los campos no son fértiles, excepto en las riberas, y la ganadería se convierte en el único medio de sustento para esta población de tradición nómada.



La mayoría de las familias viven bajo el umbral de la pobreza, envueltas en una economía de subsistencia en la que el clima determina y complica sus existencias.

La idea de ayudar a los bereberes de aquella zona nació en el 2007, cuando hasta nosotros llegaban las noticias de un ascenso preocupante de mortalidad infantil a causa de los estragos del frío. Desde entonces, en nuestro ánimo siempre estuvo el deseo de llegar a ellos y ayudar en la medida de nuestras posibilidades.



Para paliar mínimamente la situación de algunos de ellos, dirigimos la operación hacia el asistencialismo: llevaríamos inicialmente material de todo tipo con el que ellos pudiesen combatir de la mejor manera posible los rigores del frío. Ante la inminente llegada del invierno, y a 2.600 metros de altura, la urgencia era vital; de lo contrario, la nieve nos impediría el acceso hasta ellos porque las rutas se vuelven muy complicadas.



Para ello, contamos con dos jeeps y una furgoneta con las que transportar las más de cuarenta bolsas de ropa de abrigo que hemos recolectado gracias a vosotros, sillas de ruedas (convertidas en artículos de lujo por la imposiblidad de encontrarlas), material escolar para la escuelita que a duras penas funciona, medicamentos recolectados en farmacias amigas y una variedad de material solicitado (calentadores, muletas, un audífono para una niña sorda, etc…).

Además de estas medidas asistencialistas, nuestro viaje también abarcaría el propósito de trascender en su forma de vida, ampliando las medidas de ayuda con proyectos a corto/mediano plazo en el que ellos se viesen involucrados, y garantizar así el éxito en ambas direcciones.



Buscaremos la posibilidad de exportar sus artículos artesanales para que puedan optar a un canal alternativo de ingresos económicos, más si cabe cuando ellos habitan zonas en las que el turismo es casi inexistente.

En cuanto a la agricultura, buscaremos opciones de mejora en sus huertos en la que podamos involucrar a profesionales tanto marroquíes como españoles para intentar, por lo menos, mejorar su concepto agrícola, ya sea con fuentes de alimentación de aguas que no existan, o como el uso adecuado de las tierras o de fertilizantes óptimos.

La canalización de agua potable también es una cuestión que buscaremos debatir sobre el terreno, así como los recursos energéticos que puedan beneficiar a la población.



Por último, buscaremos la manera de perfeccionar los recursos sanitarios de la zona, en la que, por desgracia, la atención primaria elemental sigue siendo un concepto de ciencia ficción.



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