PRO-MONFORTE DE LEMOS

Galicia ha sido nuestra primera parada en este viaje de proyectos que pretendemos extender a lo largo de los años.

Ramón -miembro de PRO- llevaba una vida veraneando en Galicia, pero fue hace poco cuando vió la posibilidad de poder ayudar a un centro de ancianos en Monforte de Lemos por el que siempre pasaba por delante.

Patricia, enfermera del centro y amiga personal de Ramón desde hace años, le comentó de casualidad que el centro necesitaba urgentemente material sanitario con el que poder mejorar las condiciones de vida de los ancianos que albergaba.

La residencia de Monforte de Lemos fue creada hace 120 años por la Congregación de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, y siguen siendo estas Hermanas las encargadas de hacer que hoy día este asilo siga en funcionamiento.

En la actualidad residen 134 ancianos repartidos en los cuatro departamentos de que consta la residencia, y que, junto a las Hermanas, siguen siendo atendidos por una fisioterapeuta, una trabajadora social, una terapeuta ocupacional, una psicóloga y una monitora de tiempo libre.

Ramón le transmitió a Patricia las ganas de poder colaborar en esa mejora de vida de los abuelos recogiendo material en hospitales que quisiesen colaborar en este proyecto.

Patricia, con toda la ilusión del mundo, elaboró una lista. Básicamente, buscaba mejorar la movilidad de los pacientes –sillas de ruedas, andadores, muletas,..-, material de rehabilitación, material sanitario –desde pinzas hasta cuñas, pasando por barandillas para camas o mantas- y material para el taller del centro en el que mejoran sus habilidades manuales y cognitivas.

Con la lista en la mano nos presentamos en la Clínica Guadalupe (Espulgas de Llobregat) y hablamos de nuestro proyecto. Su reacción fue inmediata y, entusiasmados por poder ayudar a otro centro, nos facilitaron todo lo que estuvo en sus manos. Apoyaron esta causa solidaria sin pensárselo dos veces.

Conseguimos reunir:

8 sillas de ruedas, 8 andadores, 1 silla de ruedas para ducha, 2 pares de muletas, 2 alzas para retrete, 8 cuñas, 3 almohadas, 3 pares de barandillas para camas, 1 cabestrillo, 4 colchonetas, 4 pinzas estériles, 10 mantas, mancuernas para rehabilitación de 0’5 kgs y 1 kg., 11 gafas graduadas, y material de rehabilitación cognitiva (abecedario de madera, puzzle de madera, dominó, ajedrez).

A nosotros nos restaba encargarnos de hacérselo llevar. Para ellos nos servimos de una furgoneta que nos dejaron, y con eso y unas lluvias otoñales, nos plantamos en Monforte de Lemos el 20 de Octubre de 2009.

En la residencia nos recibieron con los brazos abiertos; los agradecimientos se volcaron en sonrisas sinceras y bendiciones por todos lados. Correspondieron con ese calor humano que se desprende cuando se ejerce el increíble derecho de hacer algo por alguien.

Emocionados, nos mostraron las instalaciones del centro, nos presentaron a algunos abuelos y profundizamos con algunos profesionales que se encontraban allí.

Pudimos observar que el trato que dispensaban a aquella gente era ante todo sumamente humano, por lo que nos ofrecimos a regresar al año siguiente con lo que necesitasen.

Para nosotros, como para la Clínica Guadalupe, fue un placer realizar este proyecto con la residencia de Monforte. Sus sinceros y sentidos agradecimientos nos vincularon de por vida a aquellas personas.